El principal enemigo está en casa.

Socialistas en lucha
3 min readFeb 28, 2022

Durante la Primera Guerra Mundial, Karl Liebknecht fue el único parlamentario en Alemania que votó en contra del presupuesto de la guerra en la segunda sesión de guerra del Reichstag, el 2 de diciembre de 1914. En ese momento elevó un documento con la explicación de su voto, el cual no fue leído ni publicado por oposición del Presidente del Reichstag.

Por su importancia y a propósito del conflicto interimperialista en Ucrania reproducimos el texto a continuación.

El voto contra los créditos de guerra

Por Karl Liebknecht

Mi voto contra el proyecto de Ley de Créditos de Guerra del día de hoy se basa en las siguientes consideraciones:

Esta guerra, deseada por ninguno de los pueblos involucrados, no ha estallado para favorecer el bienestar del pueblo alemán ni de ningún otro. Es una guerra imperialista, una guerra por el reparto de importantes territorios de explotación para capitalistas y financieros.

Desde el punto de vista de la rivalidad armamentística, es una guerra provocada conjuntamente por los partidos alemanes y austríacos partidarios de la guerra, en la oscuridad del semifeudalismo y de la diplomacia secreta, para obtener ventajas sobre sus oponentes. Al mismo tiempo la guerra es un esfuerzo bonapartista por desorganizar y escindir el creciente movimiento de la clase trabajadora.

El grito alemán "¡Contra el zarismo!" fue inventado para la ocasión -de la misma forma que fueron inventadas las actuales consignas inglesas y francesas- para explotar las más nobles inclinaciones y las tradiciones e ideales revolucionarios del pueblo en beneficio de agitar el odio hacia otros pueblos.

Alemania, la cómplice del zarismo, el modelo de la reacción hasta este mismo día, no tiene ninguna autoridad para erguirse en liberadora de los pueblos. La liberación tanto del pueblo ruso como alemán debe ser obra de sus propias manos.

La guerra no es tampoco una guerra en defensa de Alemania. Sus bases históricas y su curso desde el comienzo hacen inaceptables las pretensiones del gobierno capitalista de que el propósito por el cual demanda créditos es la defensa de la Patria.

Una pronta paz, una paz sin anexiones, esto es lo que debemos exigir. Todo esfuerzo en esta dirección debe ser apoyado. Sólo fortaleciendo en forma conjunta y continua las corrientes de todos los países beligerantes que tienen tal paz como su objetivo puede esta sangrienta carnicería ser llevada a su fin. Sólo una paz basada sobre la solidaridad internacional de la clase obrera y sobre la libertad de todos los pueblos puede ser una paz duradera.

Por lo tanto, es el deber de los proletariados de todos los países llevar adelante durante la guerra una labor socialista común a favor de la paz.

Yo apoyo los créditos de ayuda a las víctimas con las siguientes reservas: voto gustosamente por todo lo que pueda llevar un alivio a nuestros hermanos en el campo de batalla así como a los heridos y enfermos, por los cuales siento la más profunda compasión.

Pero como protesta contra la guerra, contra aquéllos que son responsables por ella y que la han causado, contra aquéllos que la dirigen, contra los propósitos capitalistas para los cuales está siendo usada, contra los planes de anexión, contra el abandono y el olvido total de los deberes solicales y políticos por los cuales el gobierno y las clases son todavía culpables, voto contra la guerra y los créditos de guerra solicitados.

BERLIN, 2 de diciembre de1914.

Fuente de la versión digital: Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones "Leon Trotsky" (CEIP), Buenos Aires.

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